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E.S – 1.1 vol4

Negro 

Jae-young estaba convencido de que el reciente comportamiento de Chu Sang-woo mostraba algo de afecto por él. Era una intuición algo difícil de explicar. 

Sus expresiones y su comportamiento habían cambiado ligeramente. Su tono y su voz también. Últimamente Jae-young se sentía embriagado por él. 

Aunque su relación inició de la peor manera, pensó que Sang-woo había subido algunos escalones, llegando lo suficientemente lejos como para que las cosas se enredaran y sus mentes y cuerpos se unieran. Asumió que Sang-woo se sentía de la misma manera que él ahora… Y cuando mostró celos, abrazó esa sensación de éxtasis como un niño pequeño y orgulloso. Se había hecho la idea de que eran una pareja, pero todo fue una ilusión. 

‘Si se te acaba la leche, compras más en el supermercado o simplemente cambias de alimento en la dieta.’

Sang-woo, que declaró que reemplazará a Jae-young como si se tratara de las partes de una computadora, al parecer, no había cambiado nada desde el día en que dijo, "Vamos a aliviar nuestro deseo sexual bajo un acuerdo". Yu-na le dijo que no jugara con un chico ingenuo como él. En cambio, fue el mismo Jae-young quien se engañó ingenuamente y sintió como si estuviera saliendo solo. 

‘Eres de lo peor. Fui un tonto al pensar que al menos tenías sentimientos por mí.' 

Mientras pensaba en lo harto que estaba de la mentalidad psicopática que tenía Sang-woo de tratar a la gente como objetos, y pensar en él como comida para luego tirar las sobras, Jae-young recordó las palabras dejadas por varias exnovias durante sus relaciones pasajeras: 
‘Parece que solo sales conmigo por mi cuerpo.’, ‘¡Me tratas como basura reutilizable’, ‘Jae-young, ¿al menos te gusté?’
¿Qué había de malo con él? Él era consciente de lo genial que actuaba. Y esa genialidad les gustaba a todos… Las cuchillas que había arrojado a los demás le estaban apuntando de vuelta. 

‘No lo dejaste claro en primer lugar.’ 

La voz de su conciencia habló. No tenía la confianza para vencer el rechazo que Sang-woo le mostraba, no desperdiciaría su tiempo en eso y en realidad siempre había detestado cuando las relaciones se tornaban pesadas. Jae-young había tomado muy a la ligera sus antiguas relaciones y ahora estaba pagando el precio severamente. 

‘Tengo que calmarme. Estoy fuera de mi mente ahora mismo.' 

Tomó una fuerte determinación de no ser arrastrado por Chu Sang-woo nunca más. 
A este ritmo, necesitaba estar "preparado" como alguien dijo, ya que no tendría ninguna señal de arrepentimiento en el aeropuerto. 

Jae-young decidió apartarse de Sang-woo. Sintió la necesidad de ver esa relación, en la cual estaba profundamente inmerso, desde la distancia. Además, estaba un poco resentido con Sang-woo, por asegurar que podía vivir bien sin él, así que quería intentarlo. 
El primer día pasó bien y el segundo día fue soportable de alguna manera, pero a partir del tercer día se volvió muy difícil. 

[ Baby: Te extraño. ¿Podemos vernos hoy? 
21:00 ]  

Sabiendo que Sang-woo lo consideraba un pene que corría a él con solo apretar un botón, Jae-young tuvo que hacer todo lo posible para evitar ir hacia Sang-woo. 

Mientras tanto, se quedó en casa, vio una película, bebió toda la noche en un lugar al que Sang-woo nunca iría, y montó su patineta durante horas en el parque de atracciones de la orilla del río. 

Todo estaba marchito. Sin Sang-woo, nada, sorprendentemente nada era divertido. 

Jae-young mordía el polvo, mientras que el villano detonaba una bomba nuclear. 
Sintió un apagón en su interior. El mundo de Jae-young había perdido su color desde el incidente. Cuatro días después de dejar a Chu Sang-woo, levantó sus manos y pies, admitiendo su rendición. Jae-young tenía la sensación de estar en una montaña rusa. 
No tenía ningún plan. Siempre ha vivido improvisando. Extrañaba insoportablemente a Chu Sang-woo, así que decidió ir a la sala de prácticas. Se duchó, se puso un traje limpio que pensó le podría gustar a Sang-woo y finalmente arrancó el coche para partir en su búsqueda. Mientras se dirigía a la sala de prácticas, organizó en su cabeza, lo que podría decir para confesarse. 

No lo veía sólo como un objeto sexual. Lo que sentía por él era amor. 

No pensó en ello después. Estaba seguro de que Sang-woo no lo entendería de inmediato y probablemente huiría diciendo palabras hirientes y causando un desastre. Aún así, Jae-young estaba decidido, incluso si eso implicaba forzarlo a escuchar. Al menos no se quedaría con el sin sabor de ser catalogado como un alivio sexual. 

La expectativa se convirtió en decepción cuando vio la sala de prácticas vacía. 

Como de costumbre, no pudo alcanzar a Sang-woo. Mientras iba a su casa y observaba las luces apagadas a través de su ventana, la preocupación y ansiedad crecían. Luego de subir al cuarto piso, se detuvo frente a la puerta para comprobar si había algún ruido dentro. 

Repentinamente llegó un mensaje corto con la imagen de Sang-woo y la absurdidad le golpeó la cabeza. 

Era el clímax en una película de adolescentes. Chu Sang-woo, que sólo se movía de casa a la escuela, estaba en un lugar de entretenimiento con la ropa que él le había comprado. Una producción burda en la que el propósito era claramente visible. En este cliché, el papel para Jang Jae-young era el de un hombre que luchaba con la ansiedad y los celos. Al principio, pensó que era una broma. 

"¿A dónde iría? Probablemente esté comiendo." 

Esas palabras que se dijo así mismo, tratando de auto consolarse, más bien era un deseo. Luego de eso lo que vino fue enojo. Él supo que la responsable de eso podría ser Choi Yu-na (Sang-woo no sería capaz de hacer algo así sin un impulso). Jae-young plasmó fielmente sus preocupaciones y su ira en su rol en esa obra adolescente. 

Pudo saber el paradero de Sang-woo por el número que se registró en su móvil, luego de que Sang-woo lo llamara. En ese momento Jang no pudo atender porque estaba ocupado en otra llamada. Así que, después de llamar a Yu-na y gritarle, que debía tomar la responsabilidad si algo le pasaba a Sang-woo; fue por todas las calles de Yeonseok-dong con los ojos puestos en él. 

Había ido a clubes y bares, habitaciones y baños, pero no encontró rastros de Sang-woo por ningún lado. Cuando le preguntó a cierto bartender, mientras le mostraba la foto, este le dijo que en efecto Sang-woo había estado bebiendo en ese lugar, sentado en una esquina, pero que ya se había ido muy borracho. Jae-young buscó en la estación de metro, la parada de autobús, las calles principales y callejones, todos los lugares donde un hombre borracho podría caer. 

Luego observó un grupo de gente reunida y Sang-woo estaba en el centro de todo, luchando con lo que parecía ser un matón. En el momento en que lo vio, su cuerpo rebotó hacia adelante. Sin pensar en nada, Jae-young se metió en medio de la pelea. Cuando recobró el sentido, Sang-woo estaba tirado en la calle y el perro que intentaba golpearlo salió corriendo. Su puño tembló al pensar que, si hubiera llegado unos minutos más tarde, Sang-woo hubiera resultado golpeado. 

"Tú. Por qué, por qué..." 

Sus sentimientos se desbordaban tanto que no podía hablar correctamente. Jae-young no podía decidir si abrazarlo porque quería verlo, porque estaba muy preocupado, porque su teléfono estaba apagado, o porque estaba siendo agredido en mitad de la calle. Así, diferentes emociones se mezclaron en la confusión, y mientras Sang-woo se levantaba del suelo, Jang dejaba escapar su aliento. 

Sang-woo se veía terrible, pero no parecía herido. Estaba tan borracho que no podía controlar su cuerpo asustado. Olía a un fuerte licor. Jae-young pensó que tendría que dejar de lado sus intensos sentimientos y llevarlo a casa por ahora. 
Cuando puso sus manos entre sus axilas para ayudarlo a mantenerse de pie, Jae-young vio una marca de beso en el cuello de Sang-woo; el lugar que más le gustaba. 

Todo cambió desde entonces. Las preocupaciones fueron reemplazadas por la ira y el apoyo se convirtió en coerción. Jae-young arrastró a Sang-woo hasta el coche, dejando atrás el anhelo que había acumulado durante días, las incontables palabras que quería decirle y la impresión de que la ropa que había elegido le quedaba bien. 
La ansiedad y los celos salieron al escenario amontonándose con trajes negros. 

Una furia espeluznante dominaba su mente. Jae-young no pudo decir una palabra y agarró el volante con fuerza. Sólo pisó el acelerador, sintiendo que no sabía qué hacer, a dónde ir o cómo lidiar con Sang-woo. 

"Este camino... No es."

De repente Sang-woo murmuró. Miró a Jae-young con ojos de miedo. A Jae-young ni siquiera le importó. Acababa de pasar un peaje que conducía a cualquier parte y dejó la ciudad atrás. 

"No estamos de… Camino a casa."

Esta vez habló un poco más fuerte, pero Jae-young volvió a ignorar sus palabras. 

"¿A dónde vamos? ¿Qué pasa con la expresión de tu rostro? ¿Sigues enojado?" 

Mientras las preguntas continuaban, la voz se hizo más fuerte. Con los brazos cruzados y los ojos levantados, Sang-woo ahora no mostraba signos de miedo. La manera torcida de actuar hizo que Jae-young, que estaba luchando por contener su ira, hablara. 

"Oye."
"¿Qué?" 
"Por favor, cállate." 

Jae-young dijo en voz baja. 
El fusible estaba a punto de saltar. Inmediatamente se removió la camiseta de Sang-woo y contenía sus ganas de buscar algún otro rastro de besos. Sang-woo, que había estado quieto por un tiempo, espetó, "Me voy a bajar."
"¡Dije que te calles!" 
"Me voy a bajar." 

Sang-woo abrió la puerta cuando el auto estaba en marcha. Jae-young reaccionó con rapidez y cerró la puerta de nuevo, pero el acto rebelde de Sang-woo se repitió varias veces. Al cerrar la puerta por quinta vez, explotó. 

"Mierda, ¡¡¡¡¿no vas a parar?!!!!" 

Sang-woo quitó su mano de la puerta cuando él gritó. La mano izquierda en su rodilla temblaba débilmente. 

"¿Por qué... Por qué me gritas y… Maldices? Me asustas” Dijo, girando su cabeza hacia la ventana. 

Era una escena graciosa desde cierto punto. Jae-young se había estado adaptando a la distinción superficial de dividir a una persona en buena y mala, pero ahora no tiene ningún significado. ¿Es este el único precio por intentar ser una buena persona? ¿Tanto así le gustaba aquel chico? Se alegra de no haber sacado el tema. 

"Tú." Jae-young apretó los dientes y dijo, "¿Qué diablos crees que soy?" 
“…” 
"¿Por qué no contestas? Normalmente no dejas de decir lo que tienes en mente."

Sus dientes estaban tan apretados en su boca que emitieron un sonido fuerte. 
¿Sabía Sang-woo que él ha estado buscándolo por todo el vecindario por temor a que algo le ocurriera? ¿Sabía lo preocupado que estaba? ¿Quiere saber por qué está tan enojado? Jae-young continuó, sintiendo una ira que le ennegreció los ojos. 

"Una herramienta para satisfacer tu libido, ¿no?" 

Sang-woo no dijo nada. Jae-young no pudo elegir qué era más molesto, el hecho de que no le respondía o el hecho de que cada vez que hablaba de su boca salía algo que no quería oír. 

‘Nos permitimos hacer lo que solemos hacer el uno con el otro’. 
‘No sabía que tenía este gusto.’ ‘Si no se resuelve para entonces... Puedo encontrar a alguien más’.

Pensándolo bien, Jae-young bajó su guardia desde que empezaron su extraña relación, en cambio Chu Sang-woo se ha mantenido consistente. Si esas palabras que había dicho Sang-woo eran sinceras, no había nada en qué complicarse y sólo quedaba una cosa. 
Jae-young dijo lentamente, apretando el volante. 

"¿No quieres hablar? ¿Quieres usar tu cuerpo?" 
"¿Qué significa eso?" "Tengamos sexo. No hay nada más que tú y yo podamos hacer aparte de eso." 
"No." 

La respuesta llegó enseguida. El timón estaba tan apretado bajo su mano que los dedos se volvieron blancos en cada articulación. 

"¿Por qué? ¿ya no te atraigo?" 
"No te necesito." 

Cada palabra fue un golpe fatal. ¿Qué clase de malentendido se ha estado creando hasta ahora? Vino hasta aquí a buscar y como resultado se sentía tan miserable. 
Sus ojos estaban ennegrecidos. 

"Te lo advierto."
Jae-young apretó los dientes. 
"Si no quieres verme realmente enojado, no sigas hablando de esa forma." 
"Lo que te digo es lo que pienso." 

Y entonces empezó de nuevo. Un agotador intento de abrir el coche. Jang gritó que se detuviera, pero esta vez Sang-woo trató de mantener la puerta abierta desesperadamente. ¿Cómo se le ocurrió hacer algo así, cuando el auto iba a 70 km/h? Jae-young estaba tan enfadado que quería enloquecer, trató de mantener su mente fría y miró a su alrededor. En el oscuro fondo, sólo se veían apartamentos y fábricas, y no había lugar para hablar. Jae-young se detuvo en el arcén antes de que Sang-woo saltara a la autopista. 

"¿Estás loco? ¿Quieres morir?" 

Jae-young perdió la razón y gritó. El puño cerrado que estuvo conteniendo, tembló sobre sus rodillas. Sang-woo miró por la ventana del coche. Su apariencia era como la de un muro de cristal con el que nadie se podía comunicar. 

"Te pregunto a dónde vamos, pero no me lo dices. Maldices, eres sarcástico, te enojas, gritas, intimidas…" 

Sang-woo distorsionó su expresión como si estuviera angustiado. Luego levantó la palma de su mano y la pasó por su rostro. Jae-young sintió tanto el deseo de abrazar sus delgados hombros, como el impulso de hacerle daño. 

"Estoy muy borracho. Me iré." 

Sang-woo intentó abrir la puerta, pero Jae-young lo agarró por el hombro y giró su cuerpo hacia él. La mano de Jae-young subió por su cuello y le agarró la barbilla. 
La marca roja era claramente visible a sus ojos y apretó su agarre. 

"¿Quién hizo eso?" 

Jae-young presionó la marca con su pulgar. Luego, giró la barbilla de Sang-woo hacia ambos lados para ver si había otras marcas. Sang-woo cerró la boca y miró a Jae-young. 

“¿Fue el tipo de antes?" 

Tuvo una sucia corazonada desde el momento en que lo vio. Jae-young era consciente de que Choo nunca tendría una pelea con un transeúnte en la calle si no fuera por una razón. Sang-woo asintió en silencio. 

"¿Qué hicieron ustedes dos?" 

La voz que salía de su boca era tan aguda que no sonaba como la de él. 

"Responde."
"Nos besamos." 

Una llama negra destelló ante él. Jae-young se tragó a Sang-woo con los labios apretados. La boca, que había sido cerrada con fuerza, se abrió con gemidos mientras le agarraba el cuello. El sabor del tabaco se extendió en su boca. Era el olor de un producto diferente al que él fumaba. La mano que sostenía el cuello de Sang-woo se apretó y su lengua y labios se movieron más violentamente. 

Sang-woo gimió y trató de empujar el pecho de Jang, pero éste ni siquiera lo consideró. Él en cambio, sostuvo sus brazos fuertemente para que no se rebelara y trató de hacer su propio rastro sobre la marca que Sang-woo tenía en el cuello; pero mientras Jang más lo hacía, más sucio se sentía Sang-woo. 

“Detente, no me gusta” Dijo Sang-woo, tan pronto separó sus labios de Jae-young. 

Sin embargo, él ignoró sus palabras y continúo besándolo bruscamente. Sus labios se desplazaron hacia su barbilla y luego a su cuello, donde la marca roja estaba. 

Finalmente se posó en sus clavículas expuestas gracias a la forma en V del cuello de la camiseta. Fue un error haber comprado ese tipo de ropa. Solo imaginar que otros lo vieron lo hacía querer perder la cabeza por los celos. Su sangre hervía ante la posibilidad de que alguien más tocó, besó y acarició a Sang-woo. Jae-young bajó su mirada y observó la cremallera de sus pantalones abierta. 

“Tú…” 

Abrió la boca, pero no dijo más. No podía reclamarle por su acción, no sabía cómo enfrentarlo. Esas pequeñas grietas a las que se había aferrado hasta el momento habían colapsado. 

‘¿Qué puedo hacer para evitar necesitarte?’ Jae-young era incapaz de encontrar su ‘yo’ de siempre, relajado y lleno de ingenio. 

Estaba sufriendo a causa de los trazos que dejó un desconocido. Justo cuando sus ojos estaban al borde de las lágrimas, Sang-woo empujó su pecho rudamente. 

La puerta se abrió justo en ese momento de descuido. Sang- woo salió apresuradamente y corrió hacia la autopista, haciendo gestos con la mano a un auto que pasaba. Jae-young, lo siguió, tratando de calmar su ira que aumentaba nuevamente. Ni siquiera hubo necesidad de correr. Sang-woo estaba tan empapado en el alcohol que no podía caminar apropiadamente. Dio un paso en falso y tropezó, pero Jang tiró de su espalda justo antes de que cayera. Lo abrazó con fuerza, mientras se retorcía en sus brazos. 

“¿Qué hiciste con él?” 

Con una fría, temblorosa e incontrolable voz, preguntó entre dientes. 

¿Qué pasaría si Sang-woo hubiera encontrado un reemplazo para Jae-young? El tiempo que pasaron juntos, el corazón y los sentimientos de amor que se desbordaban quedarían en algún lugar sin importancia. 

“¡Déjame ir!” 

Sang-woo se rebeló, pero debido al alcohol en su cuerpo, tenía menos fuerza, de lo normal. Contrario a la fiereza de sus palabras, su cuerpo temblaba. Sin embargo, Jae-young se dio cuenta que estaba más aterrorizado que Sang-woo. Él estaba en desventaja, ya que no tenía nada, mientras que Sang-woo tenía su corazón en sus manos. Fue muy difícil enfrentarlo en tan malas condiciones, así que Jae-young debía actuar más ferozmente parta evitar que se cayera. 

“¡Responde lo que te pregunté!” 

Respiró y miró a los ojos distorsionados de Sang-woo. ¿estaría pasando por su cabeza? Hubo un tiempo en el que consideraba su forma de pensar tan simple como una máquina, pero ahora era la persona más difícil y temerosa del mundo para Jang. 

Justo en el momento en el que pensó que se había vuelto lo suficientemente extraño, Sang-woo rió. 

“¿Porqué? ¿Piensas que me acosté con él?"

Jae-young jadeó y miró sus ojos oscuros, tratando de hallar una respuesta. Sang-woo, cuya mirada estaba cegada por la ebriedad, espetó, “¿Y qué si así fue? ¿Vas a abusar sexualmente de mí?” 

Beso por beso, sexo por sexo. Su ecuación era demasiado simple. No podía ser tan simple. Las cosas no se podían resolver de esa manera. 

"¿Por qué no respondes? ¿Te importaría si lo hubiera hecho?" 

Jae-young no pudo soportarlo y volvió a gritar. ¿Había perdido alguna vez la compostura a causa de sentimientos como esos? La "línea" de la razón se volvió borrosa. No podía distinguir donde iniciaba o terminaba. 

"Eso también es una amenaza."

Sang-woo sonrió y abrió los ojos de un salto. 

"Si tienes razón, puedes reportarlo, pero eso no puede ser aterrador." 

Antes de que Jae-young pudiera decir algo, le miró a los ojos y dijo, "¿Por qué me haces esto? Como si fuera un pecador, como si te decepcionara, ¿por qué tanto enojo?" 

No era su culpa. Fue eso otra vez después de todo. Jae-young estaba cansado de que Sang-woo intentara resolver todo con lógica incluso cuando estaba borracho. 

"Me estás lastimando. Tú eres quien me está haciendo enojar. ¡Intentas abandonarme!" "¡Bastardo, ¿quién intenta abandonar a quién?!" 

Sang-woo gritó. Los ojos que miraban a Jae-young ardían de rabia. Jae-young abrió la boca, respondiendo a esos ojos desconcertados. 

"¡Demonios! ¿Qué quieres decir? Estabas con otro tipo y…" "Si no sabes cómo se dieron las cosas, cierra la boca. ¡No pasó nada, tonto!" 

Mientras Jae-young abría la boca sin querer y pensaba qué decir, Sang-woo presionó su hombro con fuerza. Esta vez, fue empujado fuera del camino. Después de dar unos pasos, miró de nuevo al frente y Sang-woo, que se había vuelto distante, lo miraba con los puños apretados. 

"Lo intenté. ¡Pero no funcionó!" "¿Qué?" 
"¡Perro!"
“…” 
"¡Tienes trastorno de control de la ira! ¡Caballo Humano!" 

Sang-woo levantó los ojos y gritó. Era la primera vez que se exaltaba así, y Jae-young sintió una ráfaga de desconcierto. Sang-woo parecía un loco usando todas las palabrotas que conocía (pero su repertorio era pobre). Mientras tanto, varios autos pasaron volando por la autopista. Jae-young extendió la mano por temor a que se saliera de la carretera, pero Sang-woo esquivó la mano y retrocedió. 

"Eres un playboy."
"... ¿Qué?" 
"Te irás a estudiar en el extranjero y tendrás tu historia de amor, en cambio yo recibo un sermón a causa de un beso." "¿Crees que lo que dices tiene sentido?" 
"¿Por qué no tiene sentido? Sé que así será tu manera de vivir." 

Sang-woo estaba bastante enojado. Sus ojos estaban llenos de un resentimiento punzante. Era una emoción que normalmente no salía a flote. 

"¿Qué haré si mi hyung se va?" “…” 
"Estoy jodido por tu culpa, ¿cómo vas a compensarme, bastardo?" 
"Mejor guarda silencio, no estoy de humor para escuchar eso." 

Jae-young respondió con dureza, pero su puño ya estaba suelto. 

"Estoy molesto... Estoy harto de esto." 

Dijo Sang-woo tratando de controlar sus emociones. 
Sang-woo se haló el cabello. Sus ojos parpadeantes manchados por la intoxicación del alcohol parecían cansados. 

"Está todo jodido, imbécil." 

Después de que Sang-woo pronunciara un lenguaje abusivo, sólo el aliento jadeante llenó el espacio por un rato. Luego se desplomó. Durante mucho tiempo, apoyándose en la barandilla y mirando al cielo negro, su cabeza se inclinó y murmuró un poco. 

"Alguien como tú, ¿dónde lo encuentro? ¿Habrá alguien más como tú?”
“…” 
"Solo tú podrías seducirme. Estoy seguro de que tendrás una novia de todos modos."

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