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Merece la pena – 5

Capítulo 5

La vista nocturna de Bangkok brillaba intensamente desde la ventana. El paisaje que no le era familiar cuando llegó aquí por primera vez, ahora era tan confortable como su propia casa. No existía tal cosa como un hogar para él, así que si permanece en el mismo lugar el tiempo suficiente, se convierte en su hogar.

Después de evocar viejos recuerdos por un momento, Ja Kyung sacó un cigarrillo y lo encendió.

Wang Han apareció y le entregó una de las dos botellas de cerveza del frigorífico.

—¿En qué estás pensando?

—Me preguntaba si podría volver aquí.

La frente de Wang Han se arrugó.

—Qué mala suerte.

Ja Kyung sonrió y tomó un sorbo de cerveza. Tenía que salir al día siguiente por la tarde. Necesitaba arreglarse el cabello, comprarse un nuevo par de lentes y vestirse con modestia. Planeaba comer en un restaurante donde comía con frecuencia.

—¿Estás regresando a Corea por primera vez en cinco años?

—Sí.

—¿Cómo te sientes?

—Bueno… Wang Han no hizo más preguntas. Sabía qué tan terrible fue la infancia de Ja Kyung en Corea. Ambos padres eran delincuentes y él mencionó que se dedicaban a trabajos relacionados con las drogas. Mientras sus compañeros estudiaban en la escuela, Ja Kyung fue utilizado para distribuir drogas.

Ser golpeado después de tener hambre era lo usual, y ni siquiera tuvo la oportunidad de soñar en primer lugar.

Después de la muerte de sus padres, Ja Kyung se quedó solo a la edad de diez años y fue acogido por el padre de Wang Han. Wang Han, que tenía 12 años en ese momento, cuidó a Ja Kyung como si fuera un hermano menor, pero los dos finalmente se convirtieron en delincuentes porque lo que vieron y aprendieron fue robar.

—¿Qué debería hacer cuando reciba el dinero?

—Estoy pensando en hacerme un transplante de cabello. ¿Qué opinas?

Ja Kyung se echó a reír. Wang Han había venido previamente de otro lugar para aplicarse un medicamento para el crecimiento del pelo, pero esto salió mal y le creció vello en las palmas de las manos, lo cual lo obligó a usar una navaja para afeitarse las palmas por un tiempo. Más tarde leyó en el manual que después de la aplicación, debía lavarse bien las manos con agua.

—Ríndete. Si hubiera una manera de cambiarlo, ¿existirían celebridades calvas?

Wang Han también lo sabía y no pudo negarlo.

—¿Entonces, qué vas a hacer? ¿De verdad vas a comprar una isla?

—Todavía no lo sé.

Ja Kyung dudó por un momento, presionando la punta de la botella de cerveza en sus labios.

—¿Debería donar el dinero?

—¿Donarlo?

—Como Warren Buffett.

—Eso es fantástico. Él es el mejor en inversiones y tú eres el mejor en matar, así que en cierto modo, ustedes dos tienen algo en común.

N/T Warren Edward Buffett es un magnate de los negocios, inversionista y filántropo estadounidense.

Wang Han hablaba en serio, pero Ja Kyung sonrió amargamente. Warren Buffett se enfurecería si supiera que lo comparan con un carnicero que mata personas. Mucha gente siempre ha admirado a esa persona, no obstante, la única vez que él mismo ha sido respetado fue cuando mató a alguien.

Wang Han recogió su botella de cerveza—. Por ti, que serás más grande que Warren Buffett.

Ja Kyung se echó a reír y chocó su botella—: Por cinco millones de dólares y tu nuevo cabello.

*** 

Il Hyun cerró los ojos y levantó el brazo para presionar el botón cuando la alarma sonó fuertemente. Eran las 7 a.m., se levantó y se frotó la cara para despertarse.

Había bebido alcohol con políticos hasta ayer por la noche, y la resaca no desapareció incluso después de dormirse y despertar.

Quería volver a la cama, pero no podía porque tenía una cita en la mañana.

Después de ponerse una bata en su desnudez, salió a la sala de estar. Cuando Tae Soo lo notó, se levantó del sofá.

—Usted ya está aquí, señor.

—Llegaste temprano.

Actualmente es el presidente y director ejecutivo de Berkshire Hathaway.

 Su voz se quebró por el agotamiento y caminó hacia un lado de la barra y abrió la heladera. Estaba abastecida con cerveza y agua embotellada desechable. Tomó una botella de agua, la destapó y se la bebió para aliviar su sed.

—¿A qué hora dijiste que era el vuelo?

—Son las diez y media.

Llegaría a tiempo si se bañaba e iba ahora mismo. Se quitó la bata y fue al baño a ducharse con agua fría después de tirar el agua embotellada vacía en el basurero.

Cerró los ojos y se quedó bajo el agua unos momentos para recuperar la compostura.

Después de secarse el agua, salió a secarse el pelo, aplicó loción para la piel y eligió una camisa.

Se puso una camisa azul, un reloj y una corbata a juego, y se paró frente al espejo.

Sonrió cálidamente mientras abrochaba sus mancuernillas, como si su compañero estuviera parado frente a él—: Bienvenido a Corea.

N/T Mancuernillas/ gemelos: Son broches metálicos diseñados para mantener los puños de la camisa cerrados, se consideran piezas de joyería masculina por excelencia. Denotan autoridad y elegancia.

Luego movió la vista de izquierda a derecha para examinar sus propios rasgos.

Mmm, guapo. Tomó su saco y salió con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Tae Soo lo estaba esperando.

—Vamos.

Los dos atravesaron el largo pasillo del segundo piso hasta la escalera central.

Cada movimiento fue grabado en CCTV instalado en toda la casa. Se colocó hace cuatro años después de que fue atacado y tiene una función de visión nocturna que detecta actividad en la oscuridad.

En ese momento, sólo cinco personas murieron en la casa de Kang Il Hyun. Dos de ellos eran guardias, mientras que los otros tres eran intrusos. Había mantenido vivo a uno de los intrusos y lo torturó severamente para averiguar quién le había ordenado hacerlo. Un miembro de la Asamblea Nacional fue encontrado muerto en un automóvil al año siguiente.

—Buenos días, señor.

Todos los empleados residentes bajaron la cabeza al mismo tiempo que él bajaba las escaleras.

—Buenos días.

Salió después de escuchar a una anciana con un delantal saludar desde la cocina trasera. Ella era el ama de llaves, quién hacía las tareas del hogar y Kang Il Hyun la conocía desde que apenas aprendió a caminar.

—Señor, está usted aquí.

—Sra. Por favor, no prepare el desayuno. Voy al aeropuerto ahora mismo.

—Entonces haré algo simple para que lo coma.

—Está bien. No importa.

—Escuché que un invitado vendrá hoy… —Sí, se quedará aquí por un tiempo. Por favor, cuídelo bien, señora.

—Sí, ya veo.

Il Hyun salió con Tae Soo después de darle una sonrisa amable. El automóvil que había estacionado frente a la puerta apareció delante de él mientras avanzaba a través de la hierba abierta. Il Hyun, que estaba sentado en el asiento trasero, se apoyó en él. Una resaca que no desaparecía del todo volvió a asaltar su estómago.

Mientras fruncía el ceño, Tae Soo, que estaba sentado al frente, lo notó y miró hacia atrás—. ¿Se encuentra bien?

7 Él asintió una vez. El auto arrancó y el parque quedó a la vista mientras salían del vecindario. Aunque era temprano, había bastante gente haciendo una caminata.

Estaban de paseo con su familia, vestidos con ropa informal y disfrutando del sol primaveral. Acababa de pasar el parque, cuando encontró una floristería y detuvo el auto.

Tae Soo se dio la vuelta para ver qué estaba pasando.

—Ve y compra algunas flores.

—¿Ha dicho flores, señor?

—Debería de preparar un ramo de flores para los invitados que vienen desde muy lejos.

Tae Soo se bajó del auto sin más preguntas y se dirigió a la floristería. Compró un ramo de rosas después de intercambiar algunas conversaciones con el propietario.

Tae Soo parecía ser un hombre promedio en camino a encontrarse con su amante, cargando un ramo de rosas.

Il Hyun se recostó en su asiento y cerró los ojos mientras el auto continuaba su viaje. El creciente agotamiento y la resaca lo obligaban a dormir. Pensó que sería sólo por unos minutos, pero cuando despertó, ya estaba camino al aeropuerto. Ah.

Torció el cuello de izquierda a derecha y miró la hora. Llegó a tiempo.

El auto manejó diez minutos más y se detuvo frente al aeropuerto. Tae Soo le entregó las flores a Il Hyun cuando salió del auto. El aroma de las rosas era abrumador. La única vez que tocó flores fue cuando alguien había muerto y por motivos de celebración.

No había mucha gente en el aeropuerto cuando llegaron. Lo esperaba frente a la puerta, sosteniendo el ramo de rosas en una mano y un papel con los caracteres chinos “Zhang Yi An” escritos en él. Un letrero señalaba que había llegado un vuelo desde Hong Kong y la gente empezó a salir corriendo.

Il Hyun examinó atentamente a las personas yéndose con su equipaje y una figura alta se destacó en la distancia. Estaba vestido con una camisa a rayas verdes, con 8 lentes esféricos con montura plateada, aunque sus hombros estaban ligeramente arqueados y sus ojos que miraban a su alrededor eran bastante jóvenes e ingenuos.

Un hombre que parecía ser un guardia junto a él estaba cargando su valija.

—Es ese, ¿verdad?

Tae Soo, que también estaba observando, agarró una foto de entre sus brazos y la revisó.

—Sí, es correcto.

Tomó el ramo de rosas y dio un paso adelante, parándose frente a él, sin dudarlo.

Mirando de cerca, no era tan alto. Un poco más de 1,80 cm4. La otra persona levantó la cabeza y estableció contacto visual mirando hacia abajo por su estatura, que era más baja que la suya. Sorprendentemente, el interior de los lentes reveló unos ojos más grandes. Sus ojos estaban rojos y acuosos.

—Mi nombre es Kang Il Hyun. Bienvenido a Corea.

Tendió el ramo de rosas y notó que el guardia estaba parado a su lado. El guardia asintió. El ramo de rosas se presentó a Zhang Yi An, o Lee Ja Kyung, quien estaba disfrazado de Zhang Yi An. Il Hyun inmediatamente extendió su mano.

—Encantado de conocerte.

Ja Kyung tomó su mano vacilante—: Encantado de conocerte —sonrió torpemente después de saludar en chino. Las manos de Kang Il Hyun estaban frías y era similar a la sensación de tocar una serpiente. Sintió que había estado sujetando su mano durante demasiado tiempo, así que trató de soltarla, pero no pudo. Cuando la expresión de Ja Kyung se endureció, el guardia de Hong Kong notó algo extraño y dio un paso adelante.

[No seas grosero].

Tae Soo, que estaba detrás de Il Hyun, envió una advertencia al guardia de Hong Kong con una mirada de advertencia para que no interviniera. Il Hyun sonrió y lo soltó de a poco relajando sus manos. Pero su mano no cayó. Frotó la palma de la mano de Ja Kyung con las yemas de los dedos como si lo estuviera acariciando.

—Me disculpo por sostener tu mano durante tanto tiempo. Por favor, sígame. El coche está delante.

Cuando Kang Il Hyun y Park Tae Soo se dieron la vuelta se adelantaron, Ja Kyung, que se quedó atrás, dejó escapar un profundo suspiro sin darse cuenta. Maldición.

Un sudor frío le corrió por la espalda. No sabía por qué, pero Kang Il Hyun parecía haber confirmado sus callos al frotarle la palma de la mano hace un rato.

… De ninguna manera.

La mano que sostenía el ramo se puso tensa. Un conocido de Wang Han y un colega que lo ayudaría le dio una palmada en la espalda. Él asintió y le preguntó si estaba bien. Kang Il Hyun, que caminaba frente a él, se dio la vuelta y lo miró de soslayo, indicándole que lo siguiera.

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